UNIDIRECCIONALIDAD Y COMPLACENCIA

UNIDIRECCIONALIDAD Y COMPLACENCIA

Veo la existencia estética como una amplia extensión de múltiples campos que se me ofrecen generosos, plenos de luz, para disponer mis pasos. No escoger un vivir unidireccional. También sé, que no podré agotar todo lo que se me ofrece, generosamente. La tendencia, a andar más tiempo por alguno de los campos, es natural. Acepto que esta elección, va en detrimento de otras, pero en mi fuero interno, no he abandonado ni he sentido, que me negaba o me frustraba en la elecion. Ahora recuerdo, y hoy todavía se enfoca de igual manera, que a la hora de decidir estudios te decían y dicen todavía con más sutilitad, de Ciencias o de Letras?

Cómo si nuestra biología o fuera de letras o de ciencias. Es mezquino y pienso que castrador. Ahora el dominio contundente de las carreras dedicadas a aplicaciones prácticas, está claro, amplían la pregunta a, de letras, ciencias o informáticas? Donde queda el arte en este abanico de opciones? Seguimos siendo una sociedad muy práctica y densa.

En términos amplios y generales, siempre existen momentos que los ves estrechos, de perspectiva ceñida a realidades demasiado cercanas, que ahogan futuros posibles y te angustias. Siempre he pensado que hay tiempo para todo aquello que a uno le interesa. Bien mirado los intereses se focalizan cada vez más. No es una renuncia, es posponer. He intuido, y he visto claro, que el crecimiento tiene que ser integrado siempre. Sea quien sea el camino que se adopte.

(*) Sabiendo que hay tiempo disponible para todo, ahora toca interesarme, desembocar en la acción por la estética, la ética, el conocimiento, la sabiduría, la familia, las sociedades y la naturaleza más rural, no la que el humano, en su afán expansivo en intereses, ha cubierto de cemento, múltiples químicos y carburantes. (me refiero la ciudad). De aquí la afición por la poesía, la cerámica, la pintura, las palabras, el hogar, la música, la agricultura, el bosque y su capacidad de acogida. Todo esto, mundos que son palanca, máquina simple, insustituible, para hacer consciencia.

Y que cultivo (cultura) porque el crecimiento, acontezca. Identificarme con la actividad sería caer en un error. Actuamos, emergemos, acontecemos, habilidosos en esto o aquello, pero nunca somos aquello o esto.. Si hay algo que se transforma, somos nosotros mismos. En casa siempre comento que empecé quierendo dominar al barro y ha sido él, que con los años, me ha transformado a mí. Y con la pintura igual.

Una sola área de actividad, aunque en realidad esté de pleno en ella, me confunde. Necesito crecer en diversas y a diferentes niveles, con todos los inconvenientes que podéis imaginar. Acepto que si uno quiere profundizar tiene que dedicar, concentración y tiempo. De todos modos, este método de sinergias y nexos enriquece y proporciona una diversidad que se complementa. En la reflexión, en el silencio, encuentro y reúno.

La especialización extrema crea realmente eficiencia científica, tecnológica y de conocimiento, sin embargo podríamos encontrar maneras de evitar tantas vidas insatisfechas. Tendría que constituir un objetivo prioritario. Sin citar los atropellos psicológicos del mundo productivo. Resulta temerario por irreflexivo o de cobarde, contentarse con una sola experiencia?, esta decisión unilateral, esta elección, siento que no es elección. La siento inducida por intereses alejados del propio protagonista. La persona precisa de amplias áreas y distintas para recorrer y poner en acción sus talentos innatos y sus incapacidades innatas.

Complacientes y encarcelados en una única jaula con apariencia de feliz hogar-profesional y “darnos” unas adelgazadas juguetes-sueldos para entretenernos, esto son medios para convertirnos en creativos. Soy consciente del esfuerzo de renuncia primero y de la determinación sostenida que comporta todo ello, para que se haga real. Disponemos de tiempo para la auto complacencia. Que cada uno de nosotros decida si a esta frase le pone la interrogación o la deja tal cual.

En mi juventud, detecto latidos estéticos, aunque antes de ponerme a trabajar en esto, mi cuerpo, pedía resolver preguntas más penetrantes, insustituibles su demora. Después llegarían aspectos emocionales que hacía falta, indiscutible mente, hacerlos caso. Había tiempo y oportunidad, para gestionarlo. Estos asuntos son poco fáciles, digamos que complicados, pero con actitud pro activa y estando uno en “el tros”(en el campo y con la herramienta a mano) diríamos los rurales catalanes, todo sucede más fluido.

Ser consciente del momento donde uno se encuentra, que ya es difícil, aclara la decisión a tomar. Pero he tenido diáfano, que poner en riesgo la estabilidad familiar, a cambio de intereses artísticos, no me interesaba. Iba en esto, también, mi propio equilibrio. Quién haya hecho lo contrario, habrá elegido con la misma libertad que la mía y cada uno con sus consecuencias. En mi caso he preferido generar un espacio estético a largo plazo, reflexivo, lento, pleno de riesgo por sus especiales características, pero emocionante y compartido a la vez. El ser humano es siempre más, que una parcela de él mismo.