VACÍO SÍMBOLO

VACÍO SÍMBOLO

Observar la tela vacía y blanca, hacerla un objeto casi cultual, es hacer presente en mi conciencia, la materialización del concepto realidad-espacio. Un periodo de tiempo en observación, me dará la posibilidad de no ofrecer preferencia incondicional a la forma y hacer del espacio algo más que un aparente acompañante o sobrante. Hacer este esfuerzo, significa que he sido educado en el miedo al vacío. Hay que llenar compulsiva mente o serenamente todo. Llenar quedaba implícito.

El espacio vacío se nos presenta, para llenarlo de algo, y si no actúo así, me califican de extraño. ¿El espacio vacío no tiene entidad? Tengo que ser más consciente a la hora de pintar o escribir poemas, de este hecho.

(*) En la escritura tendré que ser habilidoso en la reticencia y discreto haciendo hablar el silencio y acallando las palabras. Con la medida y equilibrio adecuado. La postura de llenar el vacío es quizás una expresión de vitalidad, de abundancia que quiere manifestarse. Evidente que es licita esta actuación. Forma, es parte del proceso. A veces, el espacio vacío lo entreveo más como una presencia del hecho trascendente, del absoluto.

Sería su representación más fiel en esta multiplicidad de formas presentes, que no la referencia o el símbolo de un nihilismo filosófico. Relacionando estos dos términos vacío-nihilista o vacío-trascendente es como hablar de vacío sin contenido o de vacío lleno. Es decir, la vida no es vida, es inexistente o aparentemente inexistente y destinada al vacío azaroso y sin sentido, un no destino, podríamos concluir. O la vida es llena, abundante, generosa, magnífica y llena de sentido o dirección. Cosmovisiones distintas y que yo sin duda escojo la última.