MIMESIS Y SUBSTRACCION

MIMESIS Y SUBSTRACCION

Es aceptado por pedagogos y neurólogos que el aprendizaje humano y animal se basa, entre otros, de múltiples y variadas acciones imitativas. Sin duda, pues, este método, el de imitar, es útil en fases primarias del crecimiento. El salto que tenemos que hacer para esquivar estos moldes imprimidos, para pasar de la fase de humano gregario-mecánico a humano con capacidades más individualizadas, y por lo tanto más específicas y libres es precisamente el salto que nos hace individuos completos en la senda de una maduración creativa.

Aquel que nos hará un poco “héroes” para vencer y superar la mecánica imitativa. Un paso decisivo, un salto para ser hegemónico enfrente el propio miedo, la iniciativa a hacer de la propia existencia estética, un ser y un estar abierto a expectativas todavía desconocidas. Acometer iniciativas de investigación de todo aquello que, no podemos visualizar pero que desde la intuición, nos habla. En busca de una verdad estética con capacidades para serenarnos. Para encontrar universos estéticos. Manifestación de lo intrínseco.

Habrá que soslayar todos los obstáculos, la mayoría personales, superar los condicionamientos que puedan estrechar esta experiencia creativa. Una técnica sencilla es adquirir el hábito de la atención. Estar atento a todo aquello que se hace, para llegar a incorporar este estado de presente atento en nuestras maneras de enfocar los trabajos, de resolver los temas, de definir unos límites a la obra, etc y hacer posible vernos a nosotros mismos.

Pasará que a veces, demasiadas, nos descubriremos repitiendo, imitando, copiando, robando-hurtando, todo tipo de cosas, conceptos y actitudes. El robo-hurto es una de las costumbres más extendidas.Y no me refiero solamente a cosas y dinero.

El robo-hurto más descarado es el de las ideas y conceptos. Nadie-una gran mayoria- tiene la honestidad de reconocer el origen de SU idea. Ladrones-hurtadores que muestran, con su actitud de saqueo y pillaje intelectual, no ya su mediocridad, porque no llegan ni tan solo a serlo de mediocres, muestran eso si, su pereza para trabajar, ambición y orgullo a expensas del trabajo, la discreción y la humildad de los demás.

Posturas deshonestas que realizadas desde la supuesta cultura que se les presupone a estas personas, hacen de todo ello una muestra de dónde estamos moralmente ¡estéticamente! en realidad. La decoración, el sobrepuesto, en este caso el “saber estar en sociedad”(entiéndase pasar por listo cuando eres un asno, con perdón y excusas para el asno) ocultan las deficiencias cerebrales. Otro ejemplo del uso de la “decoracion”.

Ser conscientes de nuestra propia “traza mimètica”, será el primer paso necesario, para dejar de serlo. Aceptar que ladrón, no es únicamente el que roba una bolsa. Empezamos imitando, seguimos imitando tanto, que robamos hasta las actitudes, los comportamientos y los gustos. En los mundos de las artes, los robos son inconscientes, involuntarios. Otras veces, literalmente voluntarios o malintencionados y expresión de actitudes establecidas de derrota propia. Descubrirnos en el grupo, es reconfortante. Sobre todo por aspectos de seguridad. Descubrirnos, individuales y en el grupo, es sencillamente magnífico. Dos posturas de consecuencias diametralmente lejanas.

El siguiente paso que damos, seremos nosotros mismos, algo más. Antes decía, que nos haría un poco héroes, dejar de imitar. Y es que la seguridad que el grupo nos ofrece, absolutamente todo tipo de grupo, es paralizante y previsible. Sí, es exagerado que lo exponga así, puesto que el grupo ofrece plataformas de crecimiento, básicas, insustituibles, pero quedarnos, plácidamente, aceptando sin crítica elaborada por uno mismo, las propuestas foráneas, exteriores a ti mismo, no es creativo ni para uno mismo ni para la comunidad.. Andar solo, ¿es una heroicidad?. Quizás andar en grupo también lo sea.

Excusadme este equívoco. Hablaba del grupo genéricamente, como escudo de protección. Un diálogo abierto, sin complejos y prejuicios y con resultados positivos, es uno de los muchos beneficios, que podemos pedir al grupo. Si nos escondemos detrás de él, habremos dejado de existir. Habremos banalizado la individualidad.

(*) Insistir en conformarse con lo que comporta una acceptacción del grupo sin crítica, es desconocer que la aportación que se puede hacer es necesaria y única.
La manifestación, la epifanía estética de uno mismo, su proceso iniciático por tanto, lento y trabajado y sobre todo lleno de consciencia es una pieza especial que si no se da, siempre faltara en el puzzle.
Hemos aceptado, demasiado fácilmente, que nuestra aportación en todos los ámbitos y también en las artes, es susceptible de ser suplida o substituida por otra que hemos calificado como la mejor.

Con complejos y abatidos por el propio ambiente que lo promueve, damos voz y energía al que culmina procesos. En cierto modo es lógica la admiración por estos, pero no excluye que tengamos de aceptar caminos-procesos de los demas y menos si sabemos con certeza que todos son y somos necesarios. De una u otra manera aceptaríamos implícitamente que solo quienes llegan primero a culminar sus procesos son válidos. Sería entender mal el concepto de aristocracia. El verdadero aristócrata, aquel que ha llegado a lograr unos conocimientos y técnicas facilita a los otros las herramientas que le han hecho posible su crecimiento.

Se convierte en autoridad porque conoce y puede ayudar en el crecimiento de los otros. Autoridad, ya lo he referido en algún momento del manifiesto tiene una raíz latina que significa “hacer crecer”( AUGERE). Daremos pues la autoridad a aquellos que feafente mente (o sea con pruebas contrastadas) nos ayuden a crecer. Y por simple contraste sabremos que cuando no crece nada alrededor de una supuesta autoridad, esta no lo es.

No se merece ocupar el lugar, es usurpador. Discernir a quien la damos la autoridad, es tan importante en el ámbito de efectos, como elegir a aquel que nos pondrá el pie (más bien la bota) encima, para que no levantamos cabeza, o a aquel que no sólo no nos pondrá el pie encima, si no que se sentara a mesa con nosotros y escuchará para facilitarnos hacer los pasos siguientes que tocan hacer para cumplir con el proceso que lleva a la culminación personal y social.
En todos los ámbitos, aplicarlo seria un cambio de resultados muy provechosos. Para todos, sobre todo para los usurpadores, porque en su postura, reiterada, no se facilita su propio crecimiento ni el de los otros.